Actualmente podríamos hablar de dos fenómenos que ocurren al mismo tiempo, por un lado un incremento en la de la infidelidad de las personas para su cónyuge, debido a un sinnúmero de causas y por otro lado el aumento de divorcios por causa de estas infidelidades.
El problema viene, cuando la persona víctima de la infidelidad se percata que la ley no la apoya o que el apoyo es muy pequeño y que el victimario (o victimaria en caso de ser mujer) no recibe ninguna clase de sanción. Vamos la sanción del infiel, es el divorcio. Y eso es a lo máximo que se puede llegar.
viernes, 11 de febrero de 2011
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